Entramos en una nueva temporada, de colegio, de trabajo y de afrontar la que parece es la segunda ola de la pandemia del Covid. Nuestro sector, la hostelería, se encuentra en un momento determinante para muchas empresas. Viendo posibilidades de desarrollo y mejora de esta situación, vemos a la comfort food una oportunidad para la restauración post Covid-19.
¿Qué es la comfort food en restauración?
Nos referimos a «comfort food» a la comida reconfortante. Es el tipo de cocina que por ejemplo hacían nuestras abuelas, basada en buenos producidas de calidad con elaboraciones caseras. Una cocina como se suele decir que «reconforta el espíritu», que nos retrotrae a momentos de paz y tranquilidad, ya sea por olores, sabores o texturas.
¿Cuándo y donde nace la comfort food?
La primera vez que se utilizó este término fue a finales de los años setenta del siglo pasado. Fue un periódico local del estado de la Florida, el Palm Beach Post, el que habló por primera vez de este tipo de cocina.
En un artículo sobre gastronomía hablaba de que cuando las personas adultas se encuentran en momento de gran estrés emocional. Recurrimos a un tipo de cocina que busca reconfortarnos, tanto por dentro como por fuera. Cómo por ejemplo las sopas de pollo, croquetas o guisos tradicionales, que nos evocan momentos de felicidad y estados anímicos tranquilos.
De hecho cuando existen condiciones psicológicas tensas, las personas solemos utilizar alimentos reconfortantes para darse un capricho, y cambiar nuestro estado anímico.
¿Por qué implementar comfort food en nuestra oferta gastronómica?
Porque que vivimos unos meses de estrés constante, de noticias desfavorables. En los que necesitamos un poco de placer para equilibrarnos emocionalmente.
Y como empresarios y/o trabajadores del sector, necesitamos también buscar los medios de para mantener nuestro negocio sano en este momento de crisis. Si los clientes tienen necesidad en este momento de esta fórmula gastronómica ¡ofrezcámosla!
Un buen ejemplo de comfort food lo tenemos en la película de Disney “Ratatouille”. Donde Remy, una rata de las alcantarillas de París, salva a un restaurante que estaba a un paso de la quiebra ganándose al crítico gastronómico gracias a su plato de reminiscencia del campo, un sabor reconocible, casero.
Una propuesta culinaria con sabor a la infancia, que retrotrae al crítico gastronómico que estaba hundiendo el negocio con sus comentarios negativos, a su infancia. Todos tenemos grabados en nuestra memoria gustativa y olfativa los sabores caseros y simples de nuestra vida. Sabores que hacen que nos sintamos cómodos, como en casa, que ofrecen sentirnos por un momento seguros y cuidados. Y si esa sensación la podemos ofrecer en nuestro restaurante, no hay duda que el cliente nos llevará en la memoria, y cuando necesite volver a sentir esa sensación vendrá a vernos.
¿Qué ventajas tiene la comfort food para nuestro restaurante?
Hay que tener en cuenta que esta oferta gastronómica resalta la sencillez e ingredientes económicos y fáciles de preparar. Utilizando productos de temporada y de la zona, para ayudar también a los artesanos y agricultores del entorno mas cercano.
Le hemos preguntado a Iaroslava Gnatiuk del equipo de Linkers Consultoría y Asesoría de negocios de restauración, que opinión le daba a sus clientes sobre la comfort food.
Este tipo de oferta gastronómica nos ayudará no solo mantener la rentabilidad del negocio, sino también atraer más clientes con un sentimiento de confianza. Y al ser una propuesta de cocina basada en sabores y producto, con un pequeño detalle de decoración nuestro plato sencillo puede convertirse en una obra maestra.
También es un concepto muy cómodo, porque cada restaurante, dependiendo de su oferta gastronómica, puede tener su propio toque del «confort», que le va a permitir tanto mantener el vínculo con su cliente habitual, como fidelizarlo con un enfoque especial sin que se desvíe de su concepto gastronómico original.
Sin duda, es un concepto que podría ser un salvavidas para la restauración post COVID19, que ayudará a despertar el interés y la nostalgia de nuestros comensales.
Una mezcla entre recuerdos y tradiciones que será un punto a favor, para que al comensal se le dibuje una enorme sonrisa igual que al señor Ego de “Ratatouille” , y vuelva a visitar nuestro restaurante con el mayor de los deseos y confianza.
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Buena idea y seguramente funcione